La extraña mujer del espejo

 Entro al baño a buscar algo, pero ahora no recuerdo qué y entonces pasa. Levanto la vista y veo a alguien.

Una mujer que está ahí reflejada en el espejo. Esa mujer no puedo ser yo.

Despeinada, con alguna que otra cana que aparece. Con surcos profundos y oscuros debajo de los ojos. Mirada triste.

No, no puedo ser yo.

O tal vez sí y el problema es que ultimamente no me he mirado a fondo en el espejo.

Vamos a ver. Pensemos. Yo era una persona felíz, que vivía mi vida con alegría, que enfrentaba los problemas, que nunca salía de casa sin comprobar que iba bien peinada y aunque sea con un poco de rimmel en las pestañas.

Esa sí era yo. 

¿Y entonces esta que me mira quién es? 

Esa mujer que está ahí no es felíz, porque ha dejado que el tiempo se le eche encima.

Ha dejado de ser mujer para convertirse en madre, esposa, amiga, cocinera, psicóloga, solucionadora de problemas ajenos y mil cosas más.

Esa persona se ha hundido, pero lo peor de todo es que no lo ve, porque no se mira. Observa a todos menos a ella misma y eso no puede ser.

Debería ayudarla. Debería decirle que solo hay una vida y que a pesar de los problemas es maravillosa. Que le queda mucho por hacer y que le toca ponerse en marcha. Por ella, no por nadie más.

Debería gritarle que solo con quejas no se cambian las cosas. 

Tendría que recordarle las palabras del médico sobre el parking de la vida donde hay que poner todo lo que nos afecta y no podemos solucionar estando mal.

Pero lo que no entiendo es por qué no reacciona, por qué no se da cuenta de que no puede seguir así. 

Está claro que necesita ayuda y ya.

Probablemente su entorno le diga que tiene que empezar a mirar por ella misma, pero tiene tanto que hacer que no tiene tiempo. 

Aunque en realidad la falta de tiempo es una excusa para no decir que le faltan fuerzas.

Estará deprimida. Sí, seguro. Algo que en esta sociedad se ve como vagancia y ganas de tomarse una pastillita que la deje flipando.

Yo no puedo dejarla así. Siento que tengo que hacer algo por ella. Tengo que tenderle la mano y ayudarla a ser fuerte. 

Voy a decirle que por mucho que no duerma pensando en los problemas no los va a solucionar así. Que necesita descansar su mente porque la ansiedad no es buena.

Voy a intentar que cambie su actitud hacia las personas. Ser bueno y amable es necesario, pero convertirse en un solucionador de problemas 24 horas no.

Voy a ayudarle a empezar proyectos. Pequeños primero para pasar a los grandes después. Tener la cabeza ocupada en cosas positivas reduce el estrés, la ansiedad y la depresión.

Le daré tiempo para cuando recaiga no sienta que tiene que levantarse de inmediato. Que también tiene derecho a tener un mal día.

Haré que se cuide y se quiera a ella misma porque se lo merece.

No se si podré conseguirlo. Esa imágen que veo en el espejo no se crea de la noche a la mañana. 

Llevará tiempo y esfuerzo, pero valdrá la pena cada logro, cada paso hacia adelante.

Porque al fin y al cabo si la ayudo a ella me ayudo a mí misma.


 




 

Comentarios

  1. Cuan identificada con éste relato. Llevo más de 3 meses con una cara de cansada, que la gente me lo dice, hay quien lo dice bien y con tacto, y hay quien me lo escupe, en fin, que sí, que estoy agitada y lo veo reflejado, pero no me siento mal, porque se está convirtiendo en algo normal. Sí ya lo se, deberia hacerme unos abalisan, para ver qué no sea algo interno, pero me cuesta centrarme en mí y no en los demás. Un placer leerte. GRACIAS 😍

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    1. Tiempo al tiempo. La gente no suele entender estas cosas si no la viven en sus carnes. Espero que encuentres la fortaleza para volver a ser tu misma y a recuperar la energía. Muchos ánimos!

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  2. Cuando leí esto, era como si yo leyera mis palabras, mis pensamientos.
    La mujer en mi espejo buscó ayuda cuando se dio cuenta que, tristemente, en su propio hogar y en su pareja no la había. Encontró personas que la escucharon, que le dieron un paño para limpiarse la nariz y las lágrimas, que la ayudaron a ver lo que ella podía ser. La mujer en mi espejo fue valiente y limpió la casa, llevándose consigo algunas cosas y lo más importante: sus hijos. La mujer de mi espejo está mejor equipada para sopesar el cansancio que trae cada día, en su ímpetu de mejorar su circunstancia.
    Gracias por compartir.

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    1. Me alegra mucho saber que esa mujer del espejo ha tenido la valentía de salir de lo malo. Cuesta mucho trabajo porque necesitamos pasar por un proceso interno, pero siempre hay una luz, una mano o algo que nos ayuda a seguir.
      Gracias por tu comentario y por leerme.

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