Miedos que paralizan

Tengo miedo a la muerte, mucho miedo.

Como todo el mundo me diréis. Puede ser, pero lo mío es un miedo atroz.

Necesitaba decirlo, precisamente hoy que otra vez me encontré en el sitio equivocado y la ví de frente.

"La muerte es parte de la vida" me dicen muchas veces cuando comento mi problema.

En teoría lo entiendo. Comprendo que el paso por el mundo tiene fecha de caducidad y que a todos nos va a llegar el momento, pero en la práctica no puedo enfrentarme a eso.

Nunca he asistido a un velatorio, ni entierro. Nunca.

Cuando fallecieron los abuelos de los niños (los dos el mismo año) estaba embarazada. El primero murió 5 minutos después de que saliera de visitarlo, el segundo minetras pasábamos el fin de semana en su casa. Lo dicho, me la encuentro de frente aunque intente evitarla.

Estos dos casos me llevaron a no poder dormir una semana con el primero y a crisis de ansiedad y rotura de bolsa amniótica con el segundo. Así de fuerte es el terror que tengo.

El caso es que cuando tengo que hablar con los niños sobre el tema me sale de forma natural y ellos quedan satisfechos con las explicaciones, pero por dentro pienso "Por favor que se acabe pronto esta conversación".

He pensado en ir a un psicólogo y comentarle lo que me pasa, pero temo que pretenda indagar demasiado y hacer que haga cosas que no soy capaz de hacer. No puedo, es más fuerte que yo.

Cuando llegaron los papeles del nuevo seguro de decesos me dijo mi marido que lo lea yo que entendía más de contratos, pues ahí está cogiendo polvo la carpeta porque no soy capaz de leer un papel donde esten juntos nuestros nombres y la palabra muerte. 

Eso es lo que más me paraliza, el hecho de pensar que pueda pasarle algo a mis hijos o mi marido. Cuando en la tv veo casos de niños que son asesinados me entra un pánico tremendo y no puedo dejar de llorar, supongo que es algo normal porque aunque no conozcas a la persona no deja de ser algo antinatural que alguien tan pequeño muera de esa forma, pero la angustia que se apodera de mí va más allá de la pena.
  
Como anécdota divertida tengo que decir que hace algunos años me apunté a una oferta de empleo para auxiliar administrativa. Me llamaron para la entrevista y cuando llego a la dirección chachannnnnn era un tanatorio. Casi me caigo de espaldas. 

Menos mal que llegué temprano y con compañía porque tardé media hora en reunir valentía para entrar.

Al final el trabajo era mal pagado y con horarios absurdos, así que le sumé eso al "ambiente laboral" y agradecí que no me volvieran a llamar.

No quiero que mis hijos tengan el mismo miedo que yo, de momento lo han llevado bien, pero tampoco han tenido que encararse a ello. Cuando suceda intentaré pensar más como madre que como persona y acompañarlos como corresponde, ojalá nunca tenga que hacerlos, pero por ellos, no por mí.

Se que algún día tendré que enfrentarme a esto porque no somos eternos, pero no se como lo haré. Quizás como no he tenido que hacerlo hasta ahora el terror es más a lo desconocido que a la muerte en sí. Espero que ese día esté muy lejano.