La maniática de las rutinas

Hace unos días leía en Twitter lo siguiente:

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Y claro, me dió una alegría enorme ver que no estamos solos y que no somos tan raros en esto de las rutinas.

Sí, nos miran mal. Sí, nos llaman maniáticos. Sí, nos ven como generales del ejército.

¿Por qué es tan difícil entender a las familias que seguimos unos horarios y unas normas con nuestros hijos?

Cada uno sabe lo que funciona o no en su casa y puede o no seguir rutinas, pero  A NOSOTROS nos va bien.

Desde que nació Ale nos manejamos con horarios para las comidas, el sueño y los juegos. Papá trabajaba fuera muchas horas y yo como autónoma me quedé con las ganas de mi baja por maternidad así que para poder pasar el mayor tiempo posible con nuestro hijo nos creamos unas rutinas.

Al poco tiempo nació Álvaro y ya con dos bebés y unos horarios que funcionaban nos pareció fantástico seguir así.

Cuando fueron creciendo las rutinas cambiaron, pero siempre respetando horarios de descanso, estudios y juegos.

Ahora, con las gemelas, ya son cuatro hijos. 

Probamos las mismas cosas que con Ale y Álvaro y funcionaron muy bien y además al tener ellos más edad los involucramos en muchas tareas para que no se sientieran apartados (Y ellos encantados)

Las rutinas son indispensables para sobrevivir y llevar una vida mas o menos tranquila.

No se consigue establecerlas de un día para otro y por eso me hace mucha gracia cuando alguien me dice "Uy ¿ya están durmiendo? ¡Qué suerte tienes!"

Pues mira no, no es suerte, es mucho trabajo y renunciar a muchas cosas, pero cuando lo consigues los beneficios valen el esfuerzo:

✔Los niños duermen las horas necesarias por lo que se despiertan más animados y de mejor humor.
✔La hora de estudio (1 hora de lunes a viernes. Ni un minuto más) la aprovechan y tienen más tiempo libre.
✔El hacer las comidas a un horario adecuado les ayuda a hacer mejor la digestión.
✔Ayudar en casa les crea una responsabilidad
✔Las horas de juego se hacen más amenas porque no tenemos tareas pendientes y podemos dedicarnos al 100% a pasarlo bien.
✔Los padres podemos disfrutar de nuestro espacio para cenar tranquilos o ver una película.
✔Les ha ayudado a adaptarse a las rutinas escolares.

Recuerdo hace algunos meses que nos invitaron a una fiesta y yo dije que no me comprometía a ir porque era en la calle, tarde y en pleno invierno. Que las niñas iban a estar incómodas porque tenían un horario para dormir y para tener que regresar a la media hora me quedaba en casa...Pues sentó fatal, pero lo gracioso es que la misma persona vive quejándose de lo tarde que se duermen sus hijas y del desorden que llevan para todo.

Cada uno en su casa puede llevar la vida que quiera, pero entonces no te quejes ni digas que lo mío es suerte.

No se trata de llevar unas normas y unos horarios fijos. En nuestro caso, según van creciendo los mayores vamos negociando los horarios porque está claro que intentar mandar a dormir a las 9 a un niño de 12 años es imposible, pero sí que duerma un mínimo de 8 horas. 

Con los estudios también hemos cambiado. Cuando eran más pequeños les dejábamos más tiempo, pero ahora hemos puesto un tiempo límite de 1 hora porque entendemos que si llevan una rutina diaria de estudios no hace falta más y que además los niños necesitan tener tiempo para otras actividades y juegos. Los fines de semana no se tocan los libros de estudios a no ser que toque exámen el lunes y tengan dudas. 

Parecen muchas normas, pero realmente todo lo que hacemos es para poder disfrutar todos los ratos libres.

¿Que si soy maniática de las rutinas? Probablemente, pero mientras ayuden a mis hijos a dormir mejor, disfrutar de más tiempo libre y a mi pareja y a mi de tener un rato diario para nosotros así seguiremos. Y como le dije a alguien en Twitter al que no le guste que no mire😅😅😅

Y por cierto...De vez en cuando nos saltamos la rutina, que somos humanos eh!

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