En mi caso creo que las diferencias vienen dadas en la forma de educar de mis padres que han sido completamente diferentes a las que papá y yo utilizamos.
Mis padres han sido muy exigentes conmigo desde pequeña.
Me apuntaron en un club al que iba a hacer natación y jockey, colegio privado de monjas supermega exigente en el que no aceptaban repetidores y en el que me pasaba muchas horas al día y clases particulares de inglés.
Agradezco enormemente que intentaran inculcarme conocimientos y amor por los deportes, pero lo que realmente consiguieron es una niña frustada, estresada y que quitando contadas ocasiones no tenía tiempo para jugar. Ni que decir de pasar tiempo con ellos que salvo las vacaciones casi no les veía.
Nuestros hijos saben desde pequeños la importancia de los estudios (son muy buenos estudiantes) y lo bueno de hacer deportes (van a extraescolares deportivas) pero les damos tiempo para jugar, para aburrirse, para que compartan con nosotros.
Algo que también diferencia mi infancia a la de ellos es la cercanía.
Mis padres no eran personas especialmente demostrativas y había temas en casa que no es que fuesen tabú, sino simplemente se pasaban de largo.
Con nuestros hijos hablamos de todo. Intentamos tener una respuesta para todas sus preguntas y nos demostramos el amor con besos y abrazos (aunque los dos mayores están en esa edad que "prefieren" que las muestras de cariño queden en la intimidad).
Así y todo recuerdo ser una niña felíz, con poco tiempo libre, pero felíz.
Espero que mis hijos lo sean cada día de su vida, su papá y yo intentamos que así sea.
Mis padres han sido muy exigentes conmigo desde pequeña.
Me apuntaron en un club al que iba a hacer natación y jockey, colegio privado de monjas supermega exigente en el que no aceptaban repetidores y en el que me pasaba muchas horas al día y clases particulares de inglés.
Agradezco enormemente que intentaran inculcarme conocimientos y amor por los deportes, pero lo que realmente consiguieron es una niña frustada, estresada y que quitando contadas ocasiones no tenía tiempo para jugar. Ni que decir de pasar tiempo con ellos que salvo las vacaciones casi no les veía.
Nuestros hijos saben desde pequeños la importancia de los estudios (son muy buenos estudiantes) y lo bueno de hacer deportes (van a extraescolares deportivas) pero les damos tiempo para jugar, para aburrirse, para que compartan con nosotros.
Algo que también diferencia mi infancia a la de ellos es la cercanía.
Mis padres no eran personas especialmente demostrativas y había temas en casa que no es que fuesen tabú, sino simplemente se pasaban de largo.
Con nuestros hijos hablamos de todo. Intentamos tener una respuesta para todas sus preguntas y nos demostramos el amor con besos y abrazos (aunque los dos mayores están en esa edad que "prefieren" que las muestras de cariño queden en la intimidad).
Así y todo recuerdo ser una niña felíz, con poco tiempo libre, pero felíz.
Espero que mis hijos lo sean cada día de su vida, su papá y yo intentamos que así sea.
Qué importante es que pasemos tiempo de calidad con nuestros peques, eh?
ResponderEliminarBuen post! Un besote bonita mía!!